Nadie que pase por la Plaza de Cervantes de Alcalá de Henares puede evitar fijar su mirada en uno de los imponentes edificios patrimoniales de la ciudad. La Casa de las Cráteras, erigida en 1888 en el número 8 de la emblemática plaza, es una joya arquitectónica de estilo neomudéjar que bebe de la antigua Manzana Fundacional Cisneriana de la Universidad de Alcalá. Y no podemos estar más orgullosos de que este edificio cargado de historia sea nuestra “casa”, ya que alberga el Restaurante 1888.
Un bien de interés cultural y Patrimonio de la Humanidad
El valor patrimonial, histórico y arquitectónico de la Casa de las Cráteras es inmenso. A simple vista, predomina el ladrillo visto sobre zócalo de piedra, en una estética claramente influenciada por el estilo mudéjar, bien presente en Alcalá de Henares.
El nombre hace referencia a la cráteras, unos jarrones invertidos con asas, que son, además de un elemento ornamental inconfundible, un auténtico símbolo de la ciudad. Como curiosidad: están fabricados en hierro fundido, pesan cada uno 26 kilos y el edificio está decorado por 12 de ellas. Y ojo, porque no siempre han estado ahí: en 1960 se retiraron, para volver en el año 2019. Eso sí, sólo 8 de ellos son originales. Las otras 4 fueron reproducidas por la empresa Metalúrgica Madrileña hasta completar la docena original.
El edificio puede presumir de ser Patrimonio de la Humanidad desde 1998, en conjunto con la Universidad de Alcalá. Y no acaban ahí las buenas noticias, porque, por si fuera poco, en 2019, el Gobierno de la Comunidad de Madrid lo declaró Bien de Interés Cultural.

Una historia centenaria
Para conocer la historia de este edificio tan querido por los alcalaínos tenemos que retrotraernos al año 1836, cuando se cerró la antigua universidad y se subastaron los edificios y bienes. Entonces la plaza sufrió un fuerte abandono . Para intentar revertir esta situación, se creó la Sociedad de Condueños, encargada de proteger los edificios cisnerianos originales, aunque eso no ocurriría hasta varios años después, en 1851.
La citada Sociedad de Condueños construyó entonces tres edificios en la manzana universitaria, con el objeto de renovar las partes menos nobles de la manzana original y levantar edificios con mejores calidades. Fueron el Círculo de Contribuyentes, en 1893, el Hotel Cervantes, en 1916 y, el primero de todos, y el que nos ocupa, en 1888, el Edificio de las Cráteras. Podéis imaginar que esa fecha tan importante tiene mucho que ver con el nombre de nuestro restaurante.
La Casa de las Cráteras ocupa el lugar que ocupaba el arco de la Universidad y parte de la sacristía de la Capilla de San Ildefonso. Fue un proyecto de José Villaplana y, a su muerte, lo finalizó Manuel Díaz Falcón.
No fue una construcción sencilla, por las dificultades económicas de la época, lo que motivo que, por ejemplo, sea uno de los pocos edificios de la Plaza de Cervantes con una sola planta (baja y primer piso). La falta de financiación impidió que pudiera tener más alturas.
La casa del Restaurante 1888
Como veis, el edificio es un auténtico referente patrimonial, y lo mejor es que puede ser disfrutado a diario por cualquiera que visite el Restaurante 1888, que ocupa la Casa de las Cráteras desde el año 2019 o el hotel Casa y Fonda 1888, que ofrece 8 habitaciones con vistas inmejorables a la Plaza de Cervantes. ¿Imaginas las sensación de comer o dormir en un entorno tan lleno de historia? Si esas paredes, pasillos y salones hablaran…
1888, más que una fecha
Y no es la única curiosidad que os podemos contar respecto a nuestro nombre e imagen en referencia a este lugar y fechas tan importantes. En el forjado de la entrada principal aparece el año que se terminó el edificio, 1888 y este fue un elemento decisivo a la hora de desarrollar, de la mano de control m estudio, la identidad corporativa tanto del Hostal como del Restaurante.
Otro elemento muy característico y que el equipo de control m tuvo muy en cuenta a la hora de desarrollar la imagen de marca es la crátera, que se aplica como símbolo ya sea independiente o en combinación con otros elementos del logo.

Darle un bocado a la historia
Nunca antes como ahora podemos decir que el Restaurante 1888 es el mejor lugar para dar un “bocado” a la historia. La Casa de las Cráteras es el legado vivo de la memoria universitaria de Alcalá De Henares y, además, un símbolo de la renovación cultural que ha conseguido integrarlo en el presente como un auténtico referente gastronómico y patrimonial de la ciudad. Esta joya neomudéjar acapara las miradas entre todo aquel que pasea por la Plaza de Cervantes y que, gracias al 1888, permite vivir una experiencia culinaria “histórica”.
