La Casa de las Cráteras se ha convertido, por motivos propios, en un auténtico símbolo de Alcalá de Henares. Este edificio neomudéjar nacido de la antigua Manzana Fundacional Cisneriana de la Universidad de Alcalá de Henares, atrae miradas a propios y extraños. Allí se juntan historia, tradición y gastronomía con dos negocios que comparten este edificio: el Restaurante 1888, y el Hostal Casa y Fonda 1888.
Arquitectura y diseño del pasado, traída al presente
El Hostal Casa y Fonda 1888 es un alojamiento coqueto, pero con mucha personalidad y mimo por los detalles. No olvida sus raíces históricas, ni el privilegiado edificio en el que se encuentra, y junta los materiales de la tierra, lo tradicional, la artesanía… con la comodidad y confort de cualquier estancia moderna que debe asegurar el descanso.
Estudio Reciente marca el sello en la reforma que ha convertido al hostal Casa y Fonda 1888 en el alojamiento acogedor que es hoy. La principal inspiración de la obra fue el ladrillo neomudéjar tan característico de la fachada. Teniendo esto en mente, se han vestido muchos de los espacios, combinando artesanía, austeridad controlada, sencillez y un uso del color que, aunque atrevido, cuadra a la perfección con todo el conjunto arquitectónico.
Carlos Tomás es el fundador del Estudio, y, para él, este es “un proyecto eficiente, inteligente y coherente con el espacio y su historia, y acorde al uso que va a tener”. Durante un año y medio actuaron en la segunda fase de la obra de un espacio de 670 metros cuadrados en la que había que respetar la fachada, la escalera principal o el patio, dado que son patrimonio del edificio.

El barro de la fachada se introdujo al interior, emulando además el sentimiento que emanan las típicas casas castellanas. Así, este llamativo color está presente las zonas comunes, pero también en la artesanía que Inma Peroli introdujo en elementos como apliques o las lámparas. Un mural de la artista Marta Lapeña rompe la neutralidad de este color, dando un toque diferenciador y muy especial.
El objetivo del uso de este color es recuperar la conexión con los orígenes, la tierra, la tradición y la artesanía, algo que también se transmite de la cocina del Restaurante 1888.
La historia del edificio es otro elemento que se tuvo en cuenta en la reforma. Y es que se cree que, en el pasado, aquí se situaba la cárcel de los alumnos de la universidad. En recuerdo de aquel uso, se apuesta por una austeridad contemplativa, con habitaciones sencillas y minimalistas que, eso sí, ayudan a la relajación y el descanso.

Una reforma que construye un hogar
El resultado de todo eso es un alojamiento en el que te sentirás como en casa, porque desprende hogar por los cuatro costados. Por un lado, la casa, formada por el salón Faustina, el salón Carmela o el patio, otorgan calidez, simplicidad y detalles.
Por otro, algunas de las habitaciones aportan unas inmejorables vistas a la Plaza de Cervantes. Podrás elegir entre una junior suite para cuatro personas, una junior suite con bañera, una habitación doble superior con balcón, una habitación doble o una habitación doble interior, con vistas al patio, igualmente bello y muy luminoso.
El citado color de la fachada sigue presente en estas habitaciones que, además, incluyen elementos que destacan especialmente, como sillas, escritorios y elementos textiles. Colores y texturas que rompen, pero complementan, a esas tonalidades tan representativas de todo el edificio.
Encontraréis suelos continuos de mortero o madera, paredes pintadas en tonos minerales y una apuesta por ensalzar la iluminación natural de las mismas.
Experimentar la historia en un mismo lugar
Si todavía no has experimentado lo que es dormir en Casa y Fonda 1888, es un buen momento para hacerlo, porque, a través de la web del hostal, puedes disfrutar de un descuento del 10% usando el código promoweb.
Como ves, Restaurante 1888 y Hostal Casa y Fonda unen sus fuerzas dentro de una joya arquitectónica en Alcalá de Henares. Ambos espacios ofrecen mucho más que servicios individuales: ofrecen una experiencia integrada de historia, arquitectura, gastronomía y descanso. Una alianza que merece ser contada, “comida”, celebrada y vivida.
