El otoño ha llegado a nuestras vidas con fuerza. Con él vuelven las lluvias, el frío y nuestros árboles se tiñen de tonalidades amarillas. Para algunos es una estación triste, pero otros le encuentran mucho encanto. Nosotros, que siempre tenemos un ojo puesto en el paladar, ya vemos la gran oportunidad que nos presentan estos meses: Y es que ya está aquí la temporada de setas. Y nada mejor que disfrutarla en el Restaurante 1888, en donde ponemos el mismo cariño que a todos los ingredientes para llevar a la mesa un plato de chuparse los dedos.
El esperado regreso de los reyes del otoño: boletus y níscalos
Mientras disfrutamos del sabor de las setas citadas anteriormente, en la cocina de 1888 miramos de reojo y con expectación la llegada de los primeros boletus y níscalos, dos clásicos de la temporada que tratamos con el máximo respeto.
Los níscalos nos traen un puro sabor a bosque húmedo que preparamos y ensalzamos en un guiso con su propio jugo al ajillo, con una yema de huevo campero. No necesita más: nuestro cariño y mimo en la cocina y el resultado es un plato estrella, de máxima calidad, que hace las delicias de todos los comensales.
Magia otoñal en el plato
Nuestro chef Alfonso Sanz resume así la llegada de la temporada de setas a la cocina: “La seta es un producto caprichoso, de temporada corta, que nunca garantiza disponibilidad. Pero cuando llega… es pura magia”.
Pero, aunque la naturaleza y los tiempos mandan, lo cierto es que en 1888 apostamos y nos empeñamos en ofrecer setas de calidad durante todo el año, apoyándonos en cultivos excelentes que mantienen textura, sabor y versatilidad. Así, en nuestra cocina son habituales la seta de cardo coreana, los shitakes, los simejis y el champiñón portobello, a los que en ocasiones sumamos la riquísima seta maitake, una pieza algo más difícil de conseguir pero capaz de enamorar a cualquier paladar. Tiene un sabor potente, es muy carnosa e intensa, y casi recuerda a un bocado de carne jugosa cuando pasa por la parrilla y la lacamos con salsa teriyaki y ajos tostados. Un pequeño gran placer gastronómico, algo efímero en el mercado, pero que nos encanta traer a la cocina cuando es posible.
En nuestra carta, las setas se convierten en protagonistas absolutas de un plato que ya es imprescindible entre nuestros visitantes y que se disfruta todos los meses del año: las Setas a la parrilla con yema de huevo campero, copa ibérica Joselito, presentadas con patatas dado. Es un plato cuya mezcla de ingredientes está pensada para potenciar los sabores de cada uno de ellos.
Boletus salvaje, fuera de carta
Setas para disfrutar en cualquier momento del año
Ya se sabe que el otoño es la época tradicional en la que el campo ofrece algunos de sus ejemplares más codiciados, pero ya veis que en Restaurante 1888 trabajamos para que, si te gustan las setas, aquí puedas disfrutarlas en cualquier estación. Gracias a la selección de setas de cultivo de máxima calidad y a la incorporación puntual de variedades especiales, podemos mantener su presencia en nuestra carta durante todo el año.
Cuando el mercado y la estacionalidad nos regalan boletus o níscalos frescos, los tratamos como lo que son: productos excepcionales que elaboramos con técnica y respeto. Pero incluso fuera de esas fechas, nuestra propuesta sigue viva, creativa y fiel al sabor auténtico.
En 1888 creemos que las setas no son solo un producto de temporada, sino un ingrediente versátil y lleno de matices que merece estar presente siempre.
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